Fines de la Del. Ep. de Apostolado Seglar

El documento de la Conferencia Episcopal Española, “Los Cristianos laicos, Iglesia en el mundo” (CLIM), haciéndose eco de la exhortación apostólica Chistifideles Laici de Juan Pablo II, al hablar de las Delegaciones Diocesanas de Apostolado Seglar, nº 110, más que dar una definición de las mismas, hace una enumeración de sus fines y funciones.
“Han de ser cauce de:

1.- Comunicación y diálogo con el ministerio pastoral e inserción en la Iglesia particular de las asociaciones, comunidades, movimientos e iniciativas y experiencias de apostolado seglar y de sector.

  • La Delegación de Apostolado Seglar y en concreto el Delegado, ha de ser el representante del Obispo ante todo el apostolado, ya sea organizado y estructurado, como individual.
  • La Delegación ha de ser el puente que establezca los contactos adecuados entre el Obispo, pastor y presidente de la Comunidad eclesial, ministro de la unidad y de la comunión, con el laicado.
La Delegación tratará de conseguir que todas las asociaciones y movimientos implantados en la diócesis respondan, desde su propio carisma, a las coordenadas marcadas por el Plan Diocesano de Pastoral y sus respectivos objetivos anuales. Todo movimiento y asociación implantado en la Iglesia Particular tiene que sentirse miembro activo, afectiva y efectivamente en la ejecución del Plan Pastoral. Sólo desde la Iglesia Particular se vive la pertenencia a la Iglesia universal. Desde una eclesiología de comunión propuesta por el Concilio Vaticano II, no caben asociaciones y movimientos de creyentes que caminen de forma paralela e individualista al funcionamiento de la Iglesia Particular.
Misión de la Delegación es poner a todas las asociaciones y movimientos en una misma dirección y, todos juntos, multiplicar la eficacia pastoral.
  • La Delegación ha de ayudar al Obispo a realizar el discernimiento de cada una de las asociaciones y movimientos, teniendo en cuenta los criterios de eclesialidad que se explicitan en la exhortación apostólica de Juan Pablo II Christifideles laici y en el documento de los Obispos, “Cristianos laicos, iglesia en el mundo”.
  • La Delegación debe hacer labor de acompañamiento a los distintos movimientos y asociaciones. La cercanía, el diálogo, la presencia en sus actos significativos, la disponibilidad, crean un clima de apoyo, sintonía y comprensión importante en las relaciones mutuas. El Delegado debe ejercer de delegado, haciendo presente al Obispo como pastor, cercano y conocedor de sus preocupaciones, problemas, acciones, etc.

2.- Animación y promoción de la acción evangelizadora general y en el sector.

  • Una de las carencias de nuestras Iglesias Particulares y en general de la Iglesia española de nuestro tiempo es la insuficiencia en la acción evangelizadora. La razón de ser de la Iglesia es la misión, la evangelización. De ahí que como colaboradores del Obispo en el gobierno de la diócesis, se deba hacer promoción de aquellos movimientos y asociaciones cuya finalidad sea claramente evangelizadora, abarcando los cuatro requisitos que señala Evangelii Nuntiandi, de Pablo VI: anuncio, testimonio, denuncia y compromiso transformador.
  • La Delegación debe realizar de una forma clara, directa y eficaz, la promoción de la Acción Católica, tanto general como especializada, porque por su misma naturaleza está especialmente vinculada a la jerarquía; porque su misión y su fin es el mismo que el de la Iglesia: la evangelización; porque es la manera oficial de organización del laicado dentro de la estructura y organigrama de la Iglesia Particular.
  • La Delegación deberá abrir horizontes a los movimientos y asociaciones de laicos para que lleven a cabo la tarea evangelizadora en el ámbito sociopolítico. Deberá ayudar a sus miembros a vivir la secularizad desde la fe: “a los laicos pertenece por propia vocación buscar el Reino de Dios tratando y ordenando, según Dios, los asuntos temporales” (LG 31). Por ello de forma constante habrá que insistir en la dimensión sociopolítica de la fe y la necesidad de presencia creyente en el mundo, con un sentido transformador, desde los valores del Evangelio.
  • La Delegación deberá coordinarse con las vicarias territoriales de la diócesis para promover la madurez creyente de los laicos no asociados a fin de que se integren en la comunidad eclesial como miembros activos y puedan dar pasos hacia la incorporación en asociaciones y movimientos.

3.-Comunión, colaboración y coordinación de todas las asociaciones, movimientos e instituciones, especialmente del correspondiente sector pastoral.

La Iglesia se nutre de diversos dones y carismas para la tarea evangelizadora que, evitando toda actitud de competitividad y partiendo de la aceptación de todos, hace posible una colaboración conjunta y un trabajo en la construcción del Reino. En este punto, la Delegación debe jugar un papel importante en las asociaciones y movimientos. De ahí que:
  • El Delegado ejerza como delegado episcopal, y como tal, por mandato del Obispo, buscar la comunión, la unidad y la eficacia pastoral, en sintonía con el pastor de la diócesis y el plan pastoral diocesano.
  • Ha de ayudar a los movimientos y asociaciones al encuentro mutuo, a superar dificultades e incomprensiones, a entender los distintos carismas, al estilo de San Pablo, 1Cor 12.
  • Invitar a todos a una colaboración generosa y desinteresada, a hacer propuestas de acciones comunes para que los distintos movimientos y asociaciones:
-sean conscientes de su identidad y desde ahí, participen del sacerdocio de Cristo y ser protagonistas en el seno de la Iglesia
-vivir la comunión eclesial en la Iglesia Particular
-para potenciar la corresponsabilidad en la misión y portadores de la Buena Noticia.
-ser eficaces por su organización y estructura y como respuesta a las necesidades de la evangelización teniendo en cuenta sus carismas.
-apoyar los distintos carismas de cada institución.
-trabajar en los movimientos y asociaciones el espíritu de las Bienaventuranzas.
-impulsar el aspecto sociopolítico de la fe y se hagan presentes en la sociedad desde los valores evangélicos


Otras funciones de la Delegación de Apostolado Seglar.

Además de las expuestas anteriormente, hay otras funciones que son necesarias realizar a fin de cumplir con la misión encomendada:
  • Cuidar de manera esmerada de la formación de los consiliarios que han de acompañar a los distintos movimientos y asociaciones.
  • Formación del Consejo de Apostolado Seglar: organismo de participación, representatividad y corresponsabilidad de los distintos movimientos y asociaciones, con miembros elegidos por los mismos movimientos y asociaciones, sacerdotes y laicos elegidos por el mismo Delegado o el Obispo.
  • Ofrecer un proyecto marco de formación de laicos
  • Relación cercana con el Foro de laicos
  • Relación con otros organismos de la curia diocesana.